Tener el congelador con alimentos nos permite no tener que ir a la compra cada día, además de ayudarnos a planificar mucho mejor nuestros menús de la semana (y con más tiempo), controlar el desperdicio de alimentos y cocinar un solo día para resolver varios. Y aunque no todos los alimentos se congelan de la misma manera, son muchas las ventajas que nos ofrece este proceso que paraliza el tiempo de nuestros ingredientes y platos.
La realidad es que la congelación impide y reduce el crecimiento bacteriano, por lo que es un método de conservación factible y adecuado para casi cualquier tipo de alimento, siempre que la temperatura se mantenga por debajo de los -18 °C. Por encima de ella, no podemos asegurar que no existan pérdidas nutricionales.
Además, es importante saber que no todos los alimentos tienen las mismas propiedades ni reaccionan igual al frío, por lo que hay que tener una serie de consideraciones para conseguir sacar el máximo partido a nuestro congelador sin perder de vista que el resultado final debe ser siempre nutritivo y saludable. Por ejemplo, los mariscos, pescados y carnes aguantan unos tres meses, mientras que el pavo o el pollo puede llegar a los doce meses. Las verduras y frutas, por lo general, aguantan tanto como la carne de ternera o cerdo, unos seis meses.
Tips para congelar correctamente
- Lo más importante es no perder nunca la cadena de frío, es decir, que el alimento pase el menor tiempo posible fuera del congelador o frigorífico si acabamos de traerlo a casa y tenemos intención de congelarlo. Por eso, guárdalos rápidamente con una etiqueta identificativa para saber la fecha de congelado y el producto del que se trata.
- Evita congelar y descongelar varias veces el mismo alimento, pues se pueden producir una pérdida importante en la calidad del producto e, incluso, llegar a producirse intoxicaciones.
- Los recipientes más adecuados, en este caso, son los de plástico.
Recetas para cocinar a base de congelados
¿Cómo congelo según el tipo de alimento?
- Carnes: deben limpiarse con antelación, quitando huesos y grasa, además de intentar medir bien las proporciones y hacer paquetes que se adapten a esas raciones. Cada una de ellas se meterá en una bolsa o recipiente diferente.
- Verduras: por lo general, no es conveniente su congelación, pero, si se hace, se deben limpiar bien y escaldar un poco para eliminar las posibles bacterias.
- Pescados: en este caso, es imprescindible limpiar bien cada pieza, descamándola, quitándoles la cabeza y las tripas y envolviendo el producto en papel de aluminio o de plástico.
- Huevos: no pueden congelarse con cáscara, pues acabarían estallando. Por eso, es mejor abrirlos y ponerlos en un recipiente tapado con film transparente.
Como excepción, advertir que hay alimentos que no aceptan congelación: los guisos, fritos, pasteles y algunas salsas con huevo; además de que las frutas y algunas verduras no se congelan bien en su estado natural, es mejor cocinarlas antes.
Cocinar con huevos en el microondas
Descongelación de forma segura
Para descongelar un alimento es muy importante el tiempo y aunque hay muchas opciones, vamos a contarte cuál es la mejor de todas y cuáles vendrían después, por orden. Y si eres de los que tiene el hábito congelado y colocarlo directamente sobre la encimera, debes saber que es todo un error. El orden debería ser: congelador, frigorífico, encimera.
- Lo mejor es meter el alimento en la nevera nada más que lo sacamos del congelador, dejándolo varias horas para que vaya adaptando su temperatura. Es recomendable ponerlo siempre sobre un plato que recoja el agua y así no generar un cúmulo de bacterias.
- Una opción algo más rápida, pero menos recomendable (aunque puede salvarnos), es introducir el alimento bien envasado en agua fría, lo que ayudará a derretir el hielo e ir subiendo la temperatura del congelado poco a poco.
- Nada de descongelar a temperatura ambiente cuando haga mucho calor, esté puesta la calefacción o en agua demasiado caliente. Hay que tener mucho cuidado con este cambio tan brusco de temperatura, ya que los alimentos pueden contaminarse o estropearse.
La única excepción a esta regla es el pan, el único que puede ser descongelado sobre la encimera de la cocina e, incluso, tostándose directamente si se trata de pan de molde (que envuelto en papel de aluminio o de plástico nos aguanta hasta un mes; las barras de pan, sin embargo, no deberían estar en él más de quince días).