Galicia destaca por muchas cosas, es un auténtico paraíso, pero, sin duda, nos encanta por su gastronomía. Y aunque la mayoría de los platos que nos vengan a la cabeza sean salados y tengan al mar como protagonista, hay un postre típico que, pasado ya el Carnaval, reivindica su atemporalidad y su versatilidad, para disfrutarse tanto solas como rellenas, en versión dulce o, también, salada. Exacto, hablamos de filloas.
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Dicen que su origen se sitúa en el Imperio Romano, donde las preparaban con miel (no, al principio, no llevaban harina) y que, junto a la famosa tarta de Santiago, ayudaban a endulzar el camino de los peregrinos que, exhaustos, llegaban a la capital gallega. Además, en esta época, cumplían la función de pan en las casas en las que no existía ni horno ni dinero para comprarlo, acompañando siempre al cocido. Y es que, aunque no te lo creas, entre sus ingredientes básicos -harina, agua y huevos-, también se encuentra la manteca de cerdo.
Cinco consejos para conseguir la filloa perfecta
Como queremos darte los mejores consejos de expertos en la materia, hemos hablado con David Tobar y su compañera Elvira, cocineros ambos en uno de los mejores restaurantes gallegos de Madrid, Los Montes de Galicia, (y no lo decimos nosotros, lo dice TripAdvisor), para que nos cuenten su secreto. Para ellos, la receta ha de ser muy sencilla (huevo, harina, leche y mantequilla) y nos recomiendan rellenarla de una mousse de queso, como ellos la sirven permanentemente en carta, porque, como hemos dicho, las filloas son para todo el año. Además:
- La masa debe quedarnos muy ligera. Es más, exageradamente ligera. Es lo que llamaremos el amoado.
- Además, cuando la llevemos a nuestra sartén, tenemos que ver que el resultado es esponjoso.
- Antiguamente, el amoado se cocinaba sobre una piedra calentada al fuego o sobre una filloeira, una plancha de hierro. Pero tú puedes utilizar una sartén siempre antiadherente.
- La sartén, antes de comenzar a dorar nuestras filloas, ha de estar muy caliente.
- No debemos utilizar más de una gota de mantequilla, lo justo para engrasar nuestra sartén. Y preferiremos siempre hacerlo con manteca de cerdo.
- Tenemos que fijarnos en el tipo de harina que utilicemos, pues influye en el resultado. Lo más común es hacerlas con harina de trigo, aunque puedes atreverte con la de maíz, la de centeno o, incluso, la de avena.
Tres recetas básicas para tus filloas
Para que empieces a practicar en casa, te dejamos la receta más clásica con manteca de cerdo, otra en la que le sumamos la leche, que es, quizás, la que más se hace en casa y, por último, una versión muy festiva.
Paso a paso: filloas de receta clásica
Aunque no te lo creas, las filloas más clásicas llevan, entre sus apenas cinco ingredientes, el caldo de carne y la manteca de cerdo, que nos sirve para engrasar la sartén. Esta es la receta más clásica de todas.
Paso a paso: filloas de leche
Hay versiones que utilizan un poco de leche para hacerlas más suaves y esponjosas. No son las ortodoxas, pero sí que gustan mucho y se hacen bastante para combinar con un poco de canela.
Paso a paso: filloas para carnaval
Por último, te dejamos la receta para que puedas ir practicando para el año que viene con una receta ad hoc pensada para Carnaval, rellenas de nata, chocolate o con un poco de azúcar.