Cómo descongelar (con garantías) pescados y mariscos esta Navidad

Para conservar todas sus propiedades nutritivas, sabor y textura, sigue estos pequeños consejos que se convertirán en tu mejor guía práctica

Por Marta Romero

Si somos sinceros, lo que más nos gusta es poder regalarnos (tanto a nosotros mismos como a nuestros invitados) una gran mariscada fresca y recién comprada. Sin embargo, los precios en Navidad se disparan. Por eso, lo más inteligente y mejor para nuestro bolsillo es adquirirlo con antelación. Y eso nos obliga a congelarlo. Algo que ocurre, sobre todo, con los pescados y mariscos, los dos productos que más suben sus precios por estas fechas. No te preocupes, hazlo, ahorra y deja en nuestras manos el poder disfrutarlo con todo su sabor aún a pesar de tener que pasar por el temido proceso de la descongelación. Te vamos a contar cómo hacerlo en una pequeña guía práctica en la que resolvemos todas tus dudas.

Congelar mariscos y pescados con seguridad

El primer paso, además de ser siempre la higiene, es intentar no romper la cadena de frío de los productos.  Por tanto, salvo que vayas a consumirlo en los próximos días -para lo que te recomendamos que mejor lo conserves en la nevera-, guárdalo inmediatamente en el congelador. Muchos de nuestros electrodomésticos no están preparados para lo que se conoce como ultracongelación y que se lleva a cabo a temperaturas menores a los -40 ºC, pero bastará con que lo metas en él, en cuanto llegues a casa. Puedes hacerlo en el envase original del producto, siempre que este no esté sucio o estropeado. Así garantizarás la seguridad del alimento. Además, para preservar su buen estado, no tengas mucho tiempo las puertas del congelador abiertas.

Cómo descongelar mariscos

Para poder responderte a esta pregunta, lo primero que tenemos que saber es la técnica que vas a utilizar para cocinarlo. Así, en el caso de querer servirlo cocido o al vapor, no necesitarás un proceso muy largo de descongelación e, incluso, podrás hacerlo prescindiendo de él por completo. Sin embargo, si vas a servirlo a la plancha o al horno, debes ser muy meticuloso.

En primer lugar, comprueba qué tipo de marisco tienes delante:

  • Si está crudo y lleva cáscara (como pueden ser unas gambas o cualquier crustáceo), lo mejor es que lo sumerjas en agua fría durante unos minutos. Si vives cerca del mar, aprovecha y hazlo con agua salada. Si no, echa un pequeño puñado de sal gorda en el bol en el que introduzcas las piezas. Si lo prefieres, puedes hacerlo sobre hielo, pero en este caso tendrás que vigilar que este no se derrite y baja la temperatura de los alimentos. Al final, tendrás que escurrirlo bien. Puedes mantenerlo fuera o dentro de la nevera.
  • Si está crudo, pero no tiene cáscara (como un pulpo): puedes descongelarlo dentro de la nevera siempre dentro de un recipiente estanco y sobre una rejilla para que el alimento se mantenga elevado y no entre en contacto con los líquidos que produce el proceso de descongelación.
  • Si está cocido, tenga o no cáscara, deberás mantenerlo siempre dentro de la nevera.

VER RECETA

Paso a paso: txangurro relleno

Y es que, como regla general, es mejor que no descongeles nunca a temperatura ambiente porque, aunque sea la forma más cómoda, también es la más peligrosa, ya que la superficie será lo primero que se descongele, creará una capa de agua y, dependiendo del ambiente que haya en la cocina, podría favorecer el crecimiento de unas bacterias que se multiplican fácilmente entre los 5-65 ºC.

Una vez creas que se ha descongelado, la forma de comprobarlo es bastante sencilla. En los que no llevan cáscara lo puedes hacer a simple vista, pero en los que sí llevan, nada como presionar un poco y ver si está duro o no por dentro. En el primer caso, necesitarás algo más de tiempo.

Cómo descongelar pescado

El pescado es quizás algo menos sensible que el marisco, pero merece la misma atención. Te recomendamos que siempre lo descongeles en el interior de la nevera (nunca por encima de los 5 ºC), colocando el recipiente en la parte baja, justo encima de los cajones destinados a las frutas y verduras, para evitar que los líquidos se derramen sobre otros alimentos y lo más lejos posible de la puerta. El tiempo estimado de descongelación es de unas 10 horas por kilo de pescado, más o menos y, transcurrido este tiempo, deberás consumirlo siempre entre las 24 y las 48 horas siguientes.

Sabemos que es un proceso lento, pero es lo mejor que puedes hacer para disfrutar de un buen pescado, con todas sus propiedades organolépticas -como su color, sabor, textura y aroma- intactas, además de las nutritivas. Si quieres reducirlo un poco, divide antes los ejemplares grandes en trozos más pequeños y voltea de vez en cuando el pescado, para que vaya descongelándose de manera uniforme por todas sus partes.

VER RECETA

Paso a paso: sopa de marisco y pescado

¿Puedo utilizar el microondas para descongelar?

Si te ves con poco tiempo, no es lo más recomendable, pero sí puedes hacerlo. Eso sí, hazlo mejor por fases: girando el pescado, dándole vueltas a las piezas o removiendo en el caso de que tengas que hacerlo, sobre todo, para asegurarte de que no se cuece por ninguna parte o se nos queda congelado por otra. En este caso, debes cocinar o consumir tu pieza de pescado o marisco de manera inmediata, aprovechando ese calentamiento rápido, pero sin darle tiempo a las posibles bacterias de multiplicarse.

Y, si no lo consumo, ¿puedo volver a congelarlo?

No, aunque esto depende más bien de si hablamos de un alimento crudo que finalmente no se consume, pues existen microorganismos resistentes que pueden crecer durante el proceso de descongelación, con un riesgo microbiológico bastante alto. Por tanto, solo después de haberlo cocinado, podrás hacerlo; porque, con la cocción, ese riesgo desaparece.