Aunque para los castellanoparlantes (sin nociones de alemán) su nombre es algo impronunciable de primeras, todo queda más claro cuando el traductor nos explica que Kardinalschnitten vendría a significar algo así como ‘Corte’ o ‘rebanada’ de cardenal. Pero entonces llega la pregunta inevitable: ¿Y por qué esta tarta tan bonita tiene un nombre tan curioso?
Al parecer, según las teorías más extendidas, para encontrar el origen hay que viajar al año 1933 y a la ciudad de Viena donde se ubicaba (aún hoy lo hace) la pastelería Café Konditorei Heiner. Cuentan que fue allí donde se creó la tarta Kardinalschnitten en honor al cardenal Theodor Innitzer y que, fueron los colores de la bandera de la Ciudad del Vaticano (blanco y amarillo) los que inspiraron los ingredientes para su elaboración: merengue y bizcocho.
Ambos ingredientes de disponen en tiras alternas y se hornean y, como relleno, se emplea nata (a la que a veces de suma un poco de mermelada, frutas o un toque de café). Con el tiempo, esta tarta se popularizó en la ciudad y hoy no es raro encontrarla en las pastelerías de la capital austriaca -especialmente, en las más históricas-.
Tan bonita por fuera como deliciosa en su interior, su elaboración -a pesar de lo que pueda parecer- no es excesivamente complicada. Si te animas a hacerla en casa, aquí tienes nuestra versión:
TARTA KARDINALSCHNITTEN, PASO A PASO
INGREDIENTES (8-10 porciones)
El merengue
- 4 claras de huevo (tamaño L)
- 100 gramos de azúcar
- Una pizca de sal
Para la masa de bizcocho
- 4 yemas de huevo
- 60 g de azúcar
- 50 g de harina tamizada
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 1/4 cucharadita de polvo de hornear (opcinal, para asegurar que suba bien, especialmente si es la primera vez que se hace este postre).
Para el relleno de nata
- 250 ml de nata para montar (mín. 35% de grasa)
- 2 cucharadas de azúcar glas
- Opcional: 1 cucharada de licor de café o, para una versión sin alcohol, de café espresso frío. Además del sabor hará que el relleno adquiera un color algo más oscuro.
- Opcional: en lugar de café se puede sumar a la nata unas frutas del bosque, o bien un poco de mermelada.
Para decorar al final
- Azúcar glas
ELABORACIÓN
El merengue
-Bate las claras a punto de nieve, con la piza de sal, hasta que espumen.
-Añade el azúcar poco a poco hasta que el merengue esté bien firme y brillante.
-Coloca el merengue una manga pastelera con boquilla lisa.
El bizcocho
-Bate bien las yemas con el azúcar y la vainilla hasta que la mezcla esté muy espumosa.
-Incorpora la harina tamizada (y, si lo deseas, el polvo de hornear) suavemente, con movimientos envolventes.
-Pasa la mezcla a otra manga pastelera.
Formar las planchas
-Para la tarta necesitamos dos ‘planchas’ iguales (una será la base y la otra el piso superior). Aunque el número de franjas varía según la receta, en este caso haremos cada plancha con 5 franjas alternas: 3 de merengue y 2 de bizcocho (merengue/bizcocho/merengue/bizcocho/merengue).
-En primer lugar, forramos con papel vegetal una bandeja hermosa de horno.
-Formamos la primera plancha, altenando tiras longitudinales de merengue y bizcocho. La largura de cada franja será prácticamente lo que dé la bandeja de largo, y de ancho, unos 3 cm cada una. Entre las franjas no debe hacer hueco; van alternas una junto a la otra.
-Cuando tengamos la primera plancha, dejamos un poco de separación y formamos la otra, exactamente igual.
-Con el horno precalentado a 170 °C (o 160 °C si utilizas ventilador), hornea 20-25 minutos o hasta que veas que las franjas de merengue están ligeramente doradas por fuera y la parte del bizchoco, al ser pinchada suavemente con una aguja o palillo, éste salga limpio.
-Una vez horneadas, saca las planchas y deja enfriar.
La nata
-Bate la nata fría con el azúcar glas hasta que esté firme y cremosa.
-Nosotros vamos añadir una cucharada de café, cuando esté medio montada (luego seguiremos batiendo) pero esto es opcional.
Montaje final
-Con cuidado, pasa una de las planchas al soporte donde vayas a servir la tarta, deberá ser alargado.
-Cubre esa plancha, que será la base de la tarta, con una capa generosa de nata montada. En ese momento, si lo deseas, puedes distribuir unas frutas (moras, frambuesas, arándanos, fresas o albaricoques troceados…) o bien, un poco de mermelada.
-Cubre con la segunda plancha, cuidando que quede alineada visualmente con la inferior.
-Para un resultado más vistoso, puedes espolvorear al final con un poco de azúcar glas.
Servir
-Puedes servir directamente, o si no se va a comer inmediatamente, conservar en nevera. Fría, la tarta es más fácil de cortar (las capas estarán mejor asentadas). Recuerda usar un cuchillo largo y bien limpio para cortarla para que las capas se vean bien definidas.