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Es cierto que la lubina salvaje no está al alcance de todos los bolsillos. Sin embargo, la crianza en piscifactorías de lubina nos permite no solo disponer de este pescado de forma bastante más asequible, sino también durante todo el año.
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DIFERENCIAS Y SIMILITUDES ENTRE LUBINA SALVAJE Y DE CRIANZA
Esa diferencia de precio tiene que ver con cuestiones relacionadas con el sabor (al capturarse en el mar, la lubina salvaje se alimenta de peces y mariscos, lo que se traduce un sabor más intenso y refinado, con matices marinos), así como una textura más fibrosa debido a la ‘actividad física’ el pez. La de piscifactoría presenta, sin embargo, un sabor menos complejo y una textura no tan firme.
A nivel nutricional, también hay matices, aunque no son realmente relevantes. En ambos casos estamos frente a un producto saludable, magnífica fuente de proteínas de alto valor biológico. En cuanto al perfil graso, es algo mejor en las lubinas salvajes (a nivel de ácidos grasos saludables) debido a su alimentación -las de crianza se alimentan con piensos y harinas-. No obstante, estas últimas siguen siendo una opción perfectamente sana.
Tanto si optas por un tipo de lubina como por el otro, las posibilidades que nos ofrece en cocina son muy variadas. Entre ellas, hay dos muy comunes: su cocinado al horno y también a la plancha. Hoy nos fijamos en ambas técnicas culinarias para proponeros un buen puñado de ideas (cinco al horno y cuatro a la plancha), dándoles un twist un poco diferente.
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