Cultivadas ya en la antigua Grecia y Roma, las acelgas son una verdura de hoja verde (grupo al que también pertenecen otros productos de la huerta como espinacas, canónigos, lechuga, rúcula…), perfecta para su inclusión en una dieta saludable. Entre sus grandes ‘virtudes’ en este sentido destacan:
- Su aporte de fibra, que favorece el tránsito intestinal y la sensación de saciedad.
- Es buena fuente de vitaminas, sobre todo A, C y K. La vitamina A es importante para la salud ocular y el sistema inmunológico; la vitamina C actúa como antioxidante y favorece la absorción de hierro; y la vitamina K es fundamental para la coagulación sanguínea y la salud ósea.
- Contienen minerales como magnesio, potasio y hierro, que son esenciales para funciones corporales como la regulación de la presión arterial, la formación de glóbulos rojos y el mantenimiento de la función muscular y nerviosa.
- Cuenta con un aporte calórico muy bajo (aproximadamente, 19 kcal por cada 100 gramos en crudo), por lo que resultan ideales para dietas de control de peso.
A nivel culinario, la acelga (de la que se puede consumir tanto sus bonitas hojas de color verde brillante, como los peciolos blancos y carnosos llamados pencas) nos ofrecen un buen abanico de posibilidades. Aunque podemos tomarlas en crudo, como parte, por ejemplo de ensaladas, quizá es más habitual cocinarlas (salteadas, hervidas, al vapor…).
Hoy nuestras propuestas se centran en una forma de consumirlas que nos gusta mucho: como ingrediente para la preparación de tortillas. Y es que, además de su rico sabor, en lo nutricional este tándem 'acelga+huevo' es magnífico; a las propiedades mencionadas de las primeras se suman las proteínas de alto valor biológico de los huevos.
En ese sentido, podemos hacer distitintas variantes de tortillas de acelgas, sumando también otros ingredientes, haciéndolas en la sartén, en el horno… He aquí algunas ideas (para acceder a su modo de elaboración solo tienes que clicar en los botones de Leer más).