Nueces, avellanas, almendras, pistachos, cacahuetes, anacardos… si los frutos secos que consumimos son naturales o tostados (sin sal añadida, ni fritos), siempre será buena idea incluirlos en nuestra alimentación: es cierto que su aporte calórico es elevado, pero ya sabemos los que alimentos hay que considerarlos en función de su composición global, y los frutos secos resultan de lo más interesantes en este sentido: son una gran fuente de grasas saludables; aportan fibra; minerales esenciales; proteínas de origen vegetal…
Además, tienen un gran poder saciante, por lo que pueden ayudarnos a controlar el apetito. Por ejemplo, cuando aparece el gusanillo a media mañana o media tarde, un puñadito de frutos secos puede convertirse en un buen snack para calmar el hambre de forma saludable.
Otro momento del día que se presta muy bien a la inclusión de frutos secos en la alimentación es el desayuno. Podemos aprovechar para sumarlos a yogures, smoothies, puddins, untarlos en tostadas cuando se presentan en forma de crema…
He aquí algunas ideas, perfectas para la primera comida del día, entre cuya lista de ingredientes no faltan los frutos secos. Para acceder a su modo de elaboración solo tienes que clicar en los botones de Leer más.