La madrileña cocina desde hace muchos años, pero estudió ADE y comenzó su carrera profesional en el mundo de la consultoría. Fue en 2009, después de hacer un curso en Le Cordon Bleu en París, cuando fundó su grupo hostelero en Madrid. Lo que más vende Cristina Oria son roscones y foie, ha escrito dos libros de recetas y es muy activa en redes sociales, donde a menudo aparece junto a sus 3 hijos preparando diferentes recetas como este flan de leche condensada.
Esta incansable chef, que trabaja codo con codo con su marido Álvaro Corsini, da empleo a unos de 250 empleados, posee tres restaurantes, una marca de menaje, tres tiendas gourmet, un catering y venta de sus productos online. Además, presume de su finca con olivos, flores y una enorme huerta, en la localidad madrileña de Morata de Tajuña, de la que se abastece y donde le encanta pasar tiempo junto a los suyos.
El flan de leche condensada de Cristina Oria es mucho más que un postre: es un viaje directo a su infancia, a esos momentos compartidos con su madrina, una figura clave en su vida. "Me lo preparaba mi madrina, que ahora está malita, y me da muchísima pena porque ha sido una persona importantísima para mí" nos confiesa la chef. Esta receta, sencilla, pero sublime, combina solo tres ingredientes, demostrando que a veces lo más simple es lo más delicioso: leche, huevos y leche condensada.
Hoy, Cristina ha convertido este flan en una tradición familiar, preparándolo junto a sus hijos. "Les gusta tanto que, cuando lo hacemos, se comen la mezcla a cucharadas antes de que llegue al horno", nos confiesa entre risas. Aunque es algo que les tiene 'prohibidísimo'. Esta receta encarna perfectamente la filosofía de Cristina Oria: cocina con raíces, productos sencillos pero de calidad y un amor profundo por las tradiciones familiares. Y es que, al final, cada cucharada de este flan no solo sabe a leche condensada, huevos y caramelo… sabe a recuerdos, a niñez y a ese cariño que trasciende generaciones.