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El salmón es uno de los pescados más consumidos en el mundo, ya sea fresco, ahumado o marinado. Su sabor y su textura, además de que no es de los más costosos y tiene muchas propiedades saludables, lo convierten en un imprescindible en nuestra dieta. A lo que se une su enorme versatilidad culinaria. Pero hoy, nosotros nos quedamos con el salmón al horno, y te mostramos cómo hacerlo de la manera más sencilla y rápida ¡e ideal para triunfar!
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Cómo preparar salmón al horno
Hornear el salmón es algo fácil rápido que requiere de pocos ingredientes. Es suficiente con poner unos lomos, unas rodajas o unas supremas de este pescado, con su piel, en una bandeja, sazonarlo con sal, pimienta, tus hierbas favoritas y añadir un poco de aceite de oliva y unas rodajas de limón. Precalienta el horno a 190ºC durante unos minutos, introduce el salmón y hornea durante 10-12 minutos. De esta manera, queda jugoso y tierno.
¿Cómo saber cuándo el salmón está hecho?
Para saber cuando está hecho, tienes que comprobar cómo el salmón pasa de su tono naranja y brillante en crudo a tener un color más rosado pálido y opaco cuando se hornea. Si prefieres un salmón ligeramente menos cocido, puedes retirarlo del horno un poco antes, cubrirlo con papel de aluminio y dejar que repose unos minutos para que el calor residual termine de cocer el salmón sin resecarlo. La textura ideal es cuando con un tenedor se desmenuza fácilmente la carne.
© Adobe StockBeneficios de comer salmón
El salmón es un pescado azul con numerosos aportes beneficiosos para la salud; rico en proteínas y ácidos grasos omega-3, que contribuyen a una mejor salud cardiovascular, del cerebro y de la piel, además de disminuir los niveles de colesterol y la presión arterial. También es una excelente fuente de vitaminas (como la D) y minerales (como el selenio). Ayuda al buen funcionamiento de la tiroides y el intestino, la formación de los huesos, tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
¿Cómo acompañar el salmón al horno?
Hay muchas formas de acompañar el salmón al horno. Puedes optar por unas verduras asadas, al vapor o salteadas, pero también le van bien diferentes ensaladas de vegetales, quinoa, arroz y pasta, y, por supuesto, unas patatas cocidas o al horno con algunas hierbas aromáticas y especias. Y si quieres ponerle alguna salsa, no dudes en optar por alguna de yogur, un pesto, una vinagreta de limón o una tártara.
