A nuestra cuenta bancaria no suele sentarle especialmente bien el comienzo de año. Quien más y quien menos, ha gastado más de lo habitual en Navidad: regalos, salidas a comer o cenar que se multiplican, abultadas cuentas de supermercado… total, una merma considerable para las arcas del común de los mortales. Así pues, además de los consabidos propósitos de Año Nuevo, en enero toca también apretarse un poco el cinturón en cuestión de gastos. Algo que, en lo alimentario, no resulta demasiado fácil si tenemos en cuenta cómo está la cesta de la compra…
Aún así, siempre encontraremos alimentos más asequibles y económicos para elaborar nuestros menús. ¿Significa esto que nuestra dieta se convierta en algo aburrido o soso? ¡Para nada!
LOS PRODUCTOS MÁS BARATOS DEL CARRITO DE LA COMPRA
Todos sabemos a qué nos referimos si hablamos de las opciones más interesantes a nivel precio en el mercado: pastas, legumbres (mejor a granel); cereales como el arroz; tubérculos como la versátil patata; frutas y verduras temporada (peras, manzanas, cítricos, espinacas, acelgas, coles, calabacines, berenjenas zanahorias, tomates…) carnes como el pollo o el cerdo; pescados de piscifactoría (lubinas, doradas, salmón…)
Productos más ‘humildes’, pero que pueden dar lugar también a recetas no solo 'amigas el bolsillo', sino también deliciosas y pintonas. Aquí algunas ideas que quizá te inspiren.