Esta receta tiene varias ventajas: se hace con uno de los mariscos más asequibles del mercado, que incluso puede estar congelado con lo que el precio se abarata aún más, su preparación es muy sencilla y rápida y es un entrante navideño que te resuelve un plato en un momento. Para esta elaboración al horno puedes seleccionar gambones de distintos tamaños, pero nosotros te recomendamos unos medianos. Y no te pierdas algunos consejos más para prepararlos.
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Curiosidades sobre los gambones
- Lo que conocemos como gambón engloba diferentes especies como el langostino austral, el langostino patagónico o el langostino banana, científicamente Pleoticus muelleri.
- Se encuentra en aguas frías y profundas, y se puede capturar en diferentes partes del mundo, incluyendo el Atlántico Norte y el Mediterráneo.
- Su textura es más firme y gruesa y su sabor es más fuerte e intenso que los de otros crustáceos decadópodos como pueden ser las gambas o los langostinos.
- Los gambones tienen una cabeza más grande y alargada con ojos más marcados que, por ejemplo, los langostinos.
- Se pueden cocinar cocidos, a la brasa, salteados, al vapor o al horno, entre otras muchas formas.
Algunos tips para hacer gambones al horno
- Puedes marinar los gambones previamente durante unos minutos ante de hornearlos para potenciar su sabor y jugosidad.
- Si optas por gambones congelados, descongélalos en la nevera durante toda la noche.
- Si te decantas por la opción en fresco, es aconsejable que los cocines el mismo día que los compres porque si tardas más, las patas y la cabeza se ponen negros.
- Si quitas el intestino, disfrutarás de todo el sabor del marisco, sin ningún rastro amargo ni terroso.
- Para que resulten doraditos por fuera y jugosos por dentro, hay que hornearlos a una temperatura alta, entre 190 y 200ºC y no más de 15 minutos.
- Si quieres convertirlos en un plato más contundente, acompáñalos con arroz blanco, pasta, patatas asadas, verduras salteadas o al horno o una ensalada fresca.