Estamos ante uno de los dulces más típicos de nuestra gastronomía, asociado sobre todo a la festividad de Todos los Santos pero también a la Semana Santa. Los buñuelos de viento son bolitas de masa de harina que pueden llevar leche o agua, huevo, levadura, azúcar y que se fríen en aceite caliente. Pueden tomarse tal cual o rellenarse, y se pueden hacer tanto dulces como salados.
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¿Cuál es el origen de los buñuelos de viento?
Las primeras referencias a esta elaboración se sitúan en el siglo II, en una receta romana conocida como “globos”, por el aspecto que tenía este dulce. La receta la heredaron los judíos sefardíes y, más tarde, los árabes que ocuparon la Península. Cuenta la leyenda que se popularizaron en la localidad malagueña de Almogía allá por el año 1090. Estaba asediada por orden del rey de Sevilla Mohamed ben Abad Al Motamid y el hambre acechaba.
Así que al cocinero de la corte se le ocurrió preparar unas bolas de masa que no se podían cocinar en el horno porque no había leña y decidió freírlos en unos calderos con aceite hirviendo que se colocaban en las almenas de las murallas para echárselos al enemigo.
Una de las leyendas más populares cuenta que los buñuelos de viento representan las almas que se elevan del purgatorio. Al comer un buñuelo, se cree que se libera un alma de este lugar. Su forma redonda y hueca recuerda a una vela, símbolo de luz y esperanza, que en estas fechas se enciende para recordar a los difuntos.
Los conventos jugaron un papel importante en la popularización de los buñuelos. Durante la Edad Media, las monjas elaboraban y vendían estos dulces en fechas señaladas como el Día de Todos los Santos .
Ingredientes de los buñuelos de viento
Una de las cosas más atractivas de hacer buñuelos de viento caseros es que es muy sencillo y sus ingredientes son de lo más asequibles. La masa lleva harina, mejor de repostería; leche o agua que aportan jugosidad al resultado final; la mantequilla contribuye a la suavidad de su textura, la levadura los hace más esponjosos; el azúcar les da un toque dulce y la fritura en aceite es imprescindible para que se hinchen y se llenen de aire con el calor.