La combinación de la pasta de lasaña, la calabaza cremosa y el queso fundido crea una textura suave y un sabor delicioso, a los que se une el toque crujiente de las pipas y el aroma del tomillo, aunque puedes elegir tus hierbas y especias favoritas para darle tu toque personal a este plato. Es una receta que gustará a niños y a mayores, cuya mayor elaboración es preparar la bechamel casera. Y desde el punto de vista de la salud, la calabaza es rica en betacarotenos, vitamina C y fibra, mientras que el queso aporta calcio y proteínas, por lo que también es un plato lleno de nutrientes.
Calabazas rellenas con carne y setas: el sabor del otoñoPor Susana Baticón