Aunque no se conoce con total exactitud, parece que hay que viajar hasta las islas del Pacífico si queremos encontrar el origen el coco, cultivado hoy en prácticamente todos los países tropicales. Fruto del cocotero, tanto la pulpa blanca comestible como el agua que albergan en su interior son muy apreciadas. Un sabor muy característico que cuenta con legión de fans en todo el mundo y que puede disfrutarse en distintas texturas: hoy día encontramos en el mercado coco fresco, rallado, deshidratado… También se vende el agua de su interior, y productos como la leche o la crema de coco (esta última más densa y concentrada, con una textura más similar a la nata).
En función de la receta que vayamos a hacer, podemos usar un formato u otro, dada su gran versatilidad. En el caso de la repostería, podemos preparar infinidad de postres con el coco como ingrediente. Deberemos hacerlos, eso sí, de manera ocasional: la grasa es, tras el agua, el principal componente de este fruto, con alto aporte calórico: unas 373 calorías por cada 100 gramos. De modo que, si al natural su consumo debe ser moderado, más aún, si lo incluimos en postres.
Pero si hay un día en que, quizá, está un poco más ‘permitido’ darnos el capricho, es hoy, 2 de septiembre (fecha fijada en el calendario gastro como ‘Día mundial del coco’). Nosotros vamos a celebrarlo sumándolo a recetas tan golosas como estas: