El cuerpo nos sigue pidiendo comidas fresquitas y el melón y la sandía además de serlo, están llenas de vitaminas, minerales y mucha agua. No faltan en nuestra dieta estival mientras están en temporada. Las consumimos mucho en el desayuno, a media mañana o en la merienda, pero ¿y por qué no incorporarlas en la comida y en la cena?
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Las podemos convertir en la base de sopas frías, ensaladas, brochetas, smoothies, batidos, helados, bowls y otros muchos platos, especialmente en frío que es nuestro objetivo con las recetas que te traemos a continuación. Van bien con ingredientes como el queso, los frutos secos, hojas verdes, hierbas aromáticas, embutidos y otras frutas o verduras ¡o lo que tu creatividad te permita! Y también te animamos a que incorpores tanto el melón y/o la sandía en deliciosos cócteles refrescantes como el mojito, la margarita, un buen daiquiri o los conocidos como mocktails, que son opciones sin alcohol.
Para disfrutar al máximo de estas frutas, es importante elegirlas conservarlas correctamente. Una buena sandía debe tener un sonido hueco al golpearla y una mancha amarilla en la parte donde ha estado en contacto con el suelo. En cuanto al melón, debe desprender un aroma dulce y ceder ligeramente al presionarlo por los extremos. Para conservarlas, si están enteros aguantan más tiempo fuera de la nevera, en un lugar sin mucha luz, fresco y seco y, una vez abiertos, durarán unos 3-4 días en el frigorífico y tapadas con papel film.