La zanahoria es una verdura que se incluye en el grupo de las hortalizas. Protagonista de este famoso pastel, aporta jugosidad, dulzor natural, vitaminas y minerales. La vamos a rallar para incorporarla a una masa hecha con harina, levadura, huevos, azúcar moreno, mantequilla y varias especias (canela, clavo, nuez moscada, jengibre, anís, vainilla, cúrcuma, etc).
Preparamos primero un bizcocho que queda con una textura densa y posteriormente lo abrimos por la para rellenar con una mezcla de queso crema, nata o mantequilla y azúcar en polvo y lo terminamos con esta misma cobertura. Hay algunas versiones con frutos secos, pasas o coco. Pero eso lo dejamos a tu gusto.
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Estados Unidos popularizó la carrot cake y de ahí al resto del mundo
Parece que ya las antiguas civilizaciones y en la Edad Media empleaban zanahoria para preparar diferentes pasteles y tartas y que, con el descubrimiento de diferentes variedades de esta verdura, su incorporación en la cocina fue cada vez mayor. La carrot cake tal y como se conoce hoy se desarrolló en Inglaterra durante la segunda Guerra Mundial porque la zanahoria era un ingrediente abundante, dulce y asequible y había escasez de azúcar.
Tras la contienda, fue en Estados Unidos cuando se popularizó enormemente dentro y fuera del país, hoy es un postre que se encuentra en casi todo el mundo y hasta tiene su propio Día Mundial, que se celebra cada 3 de febrero. Y junto al formato de tarta, hoy se elaboran otros diferentes como los muffins, cupcakes e, incluso, helado con sabor a carrot cake.
La cobertura más tradicional es el cream cheese frosting, pero podemos ponernos creativos y servirla con ganache de chocolate, glaseado de limón, butter cream o una gelatina de zanahoria.
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