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Es infancia, familia, meriendas, cumpleaños... esta tarta tiene numerosas connotaciones para muchos y, en concreto, para nosotros. La conocida como 'tarta de la abuela' nos tras preciosos recuerdos de nuestra niñez y ahora la hacemos y no solo para los más peques de la casa sino también los mayores. Y son pocos a los que no entusiasma este dulce postre de chocolate y galletas al que cada uno le pone su toque personal. ¡No puede ser más fácil de preparar! Tanto que a menudo es una de las recetas que primero aprendemos a hacer.
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Consejos para hacer la tarta de la abuela
La hemos comido en diferentes versiones pero con dos ingredientes en común todas ellas: las galletas y el chocolate. A partir de aquí, hay quien opta por ponerle crema pastelera, otros le echan nata, algunos se decantan por echarle dulce de leche, mermelada, natillas, mousse de limón, praliné, trufa... ¡las combinaciones son inmensas!
- Las galletas más recomendables para preparar este postre son las rectangulares o cuadradas -si quieres añadirle un plus de aroma, elige las que tienen sabor a canela- porque son las que mejor se adaptan al molde.
- Es imprescindible que la leche en la que se mojan las galletas esté fría y el baño sea rápido y ligero porque si no se desharán con facilidad y no podrás manipularlas. Apórtale aromas con pieles de cítricos, canela, vainilla, etc.
- Optamos por el clásico chocolate para postres. Si quieres probar con otras variedades, ¡ánimo! Esta tarda queda igual de rica con el blanco, con leche o, incluso, alguno con frutos secos o de diferentes sabores (naranja, avellanas, etc).
- Para desmoldar sin problemas esta tarta, un buen consejo es introducirla en el congelador durante una hora. Verás lo fácil que es sacarla del molde con un cuchillo mojado en agua templada.
- Otra alternativa es hacer esta tarta en versión individual, en vasos o copas.
- En cuanto a la decoración, hazlo como más te guste: nata montada, frutos o frutas secas, algún fruto rojo.
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