Ya desde la antigüedad era habitual asar pollos, algo que se asociaba con ciertas divinidades y con la protección familiar. En muchas épocas, se consideraba un alimento de lujo pero hoy es algo que está al alcance de cualquiera. No es un producto costoso y se prepara de una forma muy sencilla. El objetivo, al meterlo en el horno, es que quede jugoso por dentro y crujiente por fuera. Es una comida que nos sirve para diario pero también para cualquier comida de fiesta y reunión.
Leer más: recetas de pollo que siempre salen bien
¿Cuál es el mejor pollo para asar?
Como en casi todo, la calidad es lo más importante, así que elige un buen pollo joven -entre 12 y 16 semanas- porque tiene la carne más tierna y jugoso. El tamaño ideal para asar es entre 1,5 y 2,5 kg, con la piel intacta y la carne firme al tacto y de un color rosado uniforme. El mejor es el de granja, criado de manera natural.
Se puede cocinar entero o por partes: los muslos, los contramuslos, los cuartos o las pechugas, y también existe otra opción que es decantarse por pollos mini, conocidos como picantones.
Leer más: Disfruta del pollo en su versión más pequeña
¿Cómo preparar el pollo para asar?
Lo encontramos casi limpio de todo, pero revísalo por su tiene posibles restos de grasas, vísceras o plumas para eliminarlos, lávalo y sécalo bien. Y no le quites la piel para conseguir esa textura crujiente por fuera.
Antes de asarlo, puedes marinar el pollo con una mezcla de hierbas, especias y otros ingredientes y untarlo con aceite de oliva. Hay quien también lo prepara relleno con frutas, vegetales, frutos secos, etc, y quien le agrega un poco de vino que aporta jugosidad a la carne,
Y el mejor acompañamiento son unas buenas patatas ya sean asadas, fritas o cocidas, unas verduras asadas o una ensalada fresquita de lechuga, tomate y cebolla.
Algunos trucos para asar pollo al horno
- Marinar: Antes de asar, marina el pollo en una mezcla de aceite de oliva, ajo, hierbas aromáticas (romero, tomillo, orégano) que más te gusten, sal y pimienta. Esto le dará un sabor más intenso y lo mantendrá húmedo.
- Temperatura ambiente: Saca el pollo de la nevera al menos una hora antes de cocinarlo. De esta manera, se cocinará de manera más uniforme.
- Secar la piel: Antes de meterlo al horno, seca bien la piel del pollo con papel absorbente. Esto ayudará a que quede más crujiente por fuera.
- En una rejilla: Coloca el pollo sobre una rejilla y debajo una bandeja de horno. De esta manera el aire circulará mejor por todos lados cocinándose mejor y los jugos caerán en la bandeja, se creará humedad y así quedará la piel más crujiente. Si quieres conseguir un pollo jugoso y con la piel crujiente te lo explicamos, paso a paso, en este artículo.
- Jugos: Para mantener el pollo jugoso, puedes rociarlo con los jugos que suelta durante la cocción.
- No pinchar el pollo: Pinchar el pollo durante la cocción para ver si está hecho o no porque esto hará que pierda los jugos y quede seco.
- No tengas prisa: El pollo necesita tiempo para cocinarse bien. Evita abrir el horno constantemente para comprobarlo, ya que esto puede bajar la temperatura y aumentar el tiempo de cocción.