Rubus idaeus. Dicho así, a no ser que tengas nociones de botánica, es fácil que este nombre no te diga mucho. Pero seguro que si hablamos de frambuesas, la cosa cambia…
Esta preciosa y delicada fruta encuentra durante los meses de verano su mejor momento y, al parecer, tiene su origen en Grecia. En concreto, se cuenta que las primeras frambuesas salvajes fueron en contradas en el ‘Monte Ida’ de este país mediterráneo (de donde vendría su nombre científico).
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Además de ser deliciosas y lucir un espectacular aspecto externo (tono rojo, piel aterciopelada cubierta de un fino vello, pequeñas drupas redondeadas… un prodigio de la naturaleza), las frambuesas son también interesantes a nivel nutricional: su valor energético es bastante escaso (100 gramos de frambuesa aportan solo unas 40 calorías); destacan por su alto contenido en fibra y son fuente de vitamina C y folatos; y cabe mencionar también su alto contenido en compuestos fenólicos que, junto a la vitamina C, confieren a este alimento una gran capacidad antioxidante.
Así pues, tomadas al natural resultan una opción perfecta para su inclusión en una dieta saludable. Eso sí, al tratarse de una fruta muy delicada y perecedera, es conveniente guardarla en un envase llano, para que no se amontonen unas con otras, y consumirla lo antes posible.
También puede convertirse en ingrediente protagonista de muchas recetas de repostería: tartas, bizcochos, tartaletas, memeladas…
Pero esta vez lo que vamos a hacer es aprovechar su temporada para ‘bebérnoslas’ gracias a estas recetas de batidos y smoothies entre cuyos ingredientes no falta la rica frambuesa. Para acceder a su modo de elaboración solo tienes que clicar en los botones de ‘Leer más’.