Se dice que el queso de cabra es uno de los más antiguos del mundo, con evidencias de su elaboración que data del año 7.000 a.C. En la Antigua Grecia y Roma, ya era muy apreciado. En esta ensalada lo podemos incorporar en forma de trocitos desmenuzados de unos medallones o de boliltas, pero, además le añadimos una gran variedad de ingredientes para convertir el plato en una auténtica fiesta. Si es temporada, ponle granada y boniato asado.
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Curiosidades sobre el queso de cabra
El queso de cabra se caracteriza por su sabor ácido y ligeramente picante, que puede variar dependiendo de la maduración y el tipo de leche. Algunas variedades tienen un sabor más suave y una textura más cremosa, mientras que otros son más fuertes, incluso pueden tener toques de nuez o hierbas y una consistencia más sólida. Los hay desde frescos y blandos hasta curados y duros.
Como tiene tantas variedades, en la cocina nos ofrece una enorme cantidad de posibilidades en todo tipo de platos: aperitivos, entrantes o principales e, incluso, en algunos postres. Solo, como parte de una tabla de quesos, en ensaladas, sándwiches, pizzas o salsas, entre otras elaboraciones.