El queso fresco lo tomamos durante todo el año, y el aguacate también, pero la combinación de ambos es más que perfecta para la temporada estival, ya sea en aperitivos, entrantes, desayunos, comidas o cenas. Añadimos también tomates y unas rebanadas de pan integral. ¡Propuesta saludable y deliciosa donde las haya!
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¿Cómo se hace el queso fresco?
Estamos ante un queso blando que se caracteriza por su alto contenido de humedad y su bajo contenido de grasa. Se hace a partir de leche fresca de vaca, cabra u oveja, que se coagula mediante la acción de cuajo, vinagre o limón para obtener la cuajada, que se escurre del suero y se introduce en moldes para obtener el queso. Al ser fresco, no necesita maduración y su consumo, conservado en frío, no debería de superar los 8-12 días.
Es una gran fuente de proteínas, apenas tienes calorías ni grasas y es muy rico en calcio. Hay numerosas variedades a lo largo del planeta de queso fresco, pero para esta receta usamos una variedad amparada por la DOP Quesos de Murcia y elaborado con leche de cabra murciano-granadina. Con cierta firmeza e intensidad media, sorprende por su sabor a nata y por su textura cremosa. ¡Perfecto para hacer multitud de elaboraciones!