Puedes usar la de arroz, pero para hacer este plato es mejor la morcilla de sangre, porque la vamos a deshacer y a cocinar con un poco de huevo -le van muy bien también unos piñones tostados-. La servimos con cebolla ligeramente caramelizada -la dejamos solo hasta que empiece a coger algo de color- y pan tostado. Puedes ponerlo como entrante o en menor cantidad como aperitivo.
Ingredientes
- 300 gramos de morcilla de cebolla
- 3 unidades de huevo
- 2 unidades de cebolla
- 4 rebanadas de pan grandes
- perejil fresco
- sal
Preparación
- Pela y pica la cebolla en juliana para cocinar a fuego lento en una sartén con aceite y sal hasta que esté blanda y empiece a tomar color.
- Quita la piel a la morcilla y trocea.
- Coloca una sartén en el fuego y echa un poco de aceite de oliva.
- Incorpora la morcilla y cocínala hasta deshacer para añadir los huevos y una pizca de sal y no parar de remover hasta que se integren.
- Puedes añadir un puñado de piñones.
- Tuesta unas rebanadas de pan y sírvelas con el revuelto de morcilla y la cebolla caramelizada.
- Decora con perejil fresco.
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