La pechuga de pollo es una de las piezas más magras y con menos grasa en comparación, por ejemplo, con los muslos o las alitas. Relativamente baja en calorías, es una buena fuente de proteínas y en la cocina es un corte con numerosas utilidades. Las vamos a cocinar con tomates secos, cebolla, albahaca y una salsa de mostaza. Y las serviremos sobre una cama de arroz blanco con un poco de queso parmesano rallado al momento.
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