En lugar de las clásicas láminas de pasta, utilizamos rodajas muy finas de berenjena para hacer este plato. Y la carne picada procede de unas albóndigas que hicimos otro día, nos habían sobrado y teníamos congeladas. Las vamos a deshacer y mezclar con un poco de cebolla pochada para poner como relleno de esta lasaña. Asimismo, también nos había sobrado un poco de bechamel de otra elaboración que aprovechamos, un poco de salsa de tomate y una cuña de queso un poco seca que rallamos para gratinar. ¡Queremos contribuir a reducir el desperdicio alimentario! Y con estos pequeños gestos ponemos nuestro granito de arena. ¡Haz lo mismo!
Gambones al horno, receta fácil y para todos los bolsillosPor Susana Baticón