El ajo negro parte del blanco pero se somete a un proceso de maduración, una vez deshidratado o cocido. Es muy habitual en la cocina asiática, pero su uso se ha extendido en los últimos años por América del Norte y Europa. Tiene una textura blanda y en su sabor hay matices dulces y a regaliz. Con él vamos a preparar una especie de paté para poner sobre unas tostadas de pan a las que añadiremos un salteado de cebolleta china, gambas y chipirones, para terminarlas con un poco de cebolla roja encurtida.
Gambas al ajillo: receta fácil y deliciosaPor Susana Baticón