El origen de este guiso mexicano se remonta a la época prehispánica. Se trata más bien de una sopa espesa -roja, verde o blanca) y muy sabrosa a a base de maíz, carne (generalmente cerdo, pero también puede ser pollo o ternera) y caldo. Se puede servir con lechuga picada, rábanos, cebolla, orégano seco, chiles, limón y tostadas. Aquí te traemos nuestra versión.
Sopa de pollo, pasta y verduras, receta reconstituyentePor Susana Baticón