La focaccia es un pan plano y esponjoso cocinado en el horno y cubierto por ingredientes ligeros como las hierbas aromáticas, aceitunas , sal gruesa y, en ocasiones, finas láminas de cebolla. Hoy la cocinamos con naranjas sanguinas, aunque la podrás hacer también con naranjas o mandarinas, según mande el mercado y la temporada. Para eliminar el amargor de las naranjas –que está concentrado en la parte blanca de su piel, llamada albedo– las blanqueamos un par de veces en agua hirviendo. Este paso es importante, no te lo saltes si no quieres lamentarlo al degustarla. La sal en escamas contrasta con el sabor agridulce de la naranja y las notas alcanforadas del romero, una delicia. ¡A amasar se ha dicho!
Mini tartas 'tatin' de cebolla caramelizadaPor Susana Baticón