El ajoblanco está considerado como 'el padre de todos los gazpachos', porque parece que fue previo a la llegada del tomate, y una elaboración que ya hacían los árabes con ingredientes que tenían a mano. No hay unas cantidades concretas porque varía mucho de cómo te guste de ligero o más contundente, con más o menos ajo y pan. Sea como sea, esta versión, además de con uvas -clásica guarnición para esta sopa fría-, también la acompañamos con unas anchoas en salazón, pero también podría ser atún o caballa. En la base, le ponemos unas migas también.
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