Los recetarios regionales están llenos de platos con nombres muy curiosos. Este plato, de origen humilde, nació para aprovechar las sobras de pan. Se hace en varios lugares de España y especialmente en la cocina aragonesa. Son una especie de buñuelos a los que también se les pone ajo, perejil, leche y huevo y se les llama 'tontos' por su simpleza, aunque tratándose de un bocado tan crujiente y rico podrían ser conocidos con otro nombre.
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