Este postre no puede ser más sencillo y vistoso. Para su elaboración solo vamos a necesitar como ingredientes básicos masa brisa (que compraremos ya hecha), queso cremoso y unas fresas (si no es temporada, puedes usar otros frutos rojos). Los amantes de los postres lácteos disfrutarán de lo lindo con estas tartaletas. ¿Pueden tener mejor pinta?
Ingredientes
- 1 paquete de masa quebrada (pasta brisa)
- 250 gramos de queso cremoso
- leche (para rebajar un poco el queso)
- fresas
- menta (unas hojitas)
- azúcar glas
Preparación
- Sacar de la nevera el queso un rato antes para que vaya atemperándose.
- Disponer el queso en un bol, añadir un chorrito de leche para rebajar la textura (que quede algo menos densa) y mezclar bien hasta conseguir una crema homogénea. Puedes añadir más o menos leche en función de la densidad de crema que prefieras. Para un resultado más dulce, se puede añadir también a la mezcla un poco de leche condensada. Reservar.
- Estirar la masa brisa con un rodillo y cubrir con ella 6 moldes rizados para tartaletas de unos 8 cm de diámetro previamente engrasados. Meterlos al horno a 180º durante 10 minutos o hasta que las tartaletas empiecen a dorarse.
- Dejarlas enfriarse, desmoldarlas y rellenarlas con la crema de queso (puedes hacerlo con una cuchara, o si lo prefieres, sirviéndote de una manga pastelera de boca redonda).
- Coronar las tartaletas con unas fresas de temporada lavadas y cortadas en láminas gruesas (dispuestas, como se ve en la imagen, de manera vertical) y decorar con unas hojitas de menta o hierbabuena.
- Tip: Para un efecto final más vistoso puedes espolvorear por encima de las fresas un poquito de azúcar glas.
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