Se llaman sopas pero no son líquidas. Sus orígenes se sitúan en los antiguos cañaverales de la isla de La Palma donde, con sobrantes de miel (siempre de caña o melaza) y pan viejo, los trabajadores mezclaban estos dos ingredientes con almendras, semillas de anís, limón y canela.
'Pana cotta' con yogur: la alternativa saludable a la de siemprePor Susana Baticón