Si son de buena calidad, la mejor forma de disfrutar de las ostras es sin ningún aderezo añadido. Así es, al menos, como suelen preferirlas los amantes del marisco. Pero lo cierto es que también pueden ser ingrediente protagonista de recetas algo más elaboradas. Aquí, por ejemplo, vamos a acompañarlas con un pesto de piñones, un poco de pimiento rojo y un toque de ralladura de piel de limón. ¡Deliciosa y sorprendente combinación de sabores!