A los antiguos griegos y los romanos les gustaba aromatizar los platos con rosas, al igual que ocurría en la cocina oriental y más concretamente en la gastronomía árabe. Nosotros vamos a emplear el agua de esta perfumada flor para darle un aroma inconfundible a unos bizcochitos de almendra, ideales para tomar con el café.
Buñuelos de manzana: la receta de la abuelaPor Susana Baticón