Esta receta de origen francés tiene muchas variantes regionales que se diferencian, sobre todo, por el tipo de paté (pâte) del interior, que puede ser de diferentes carnes de ternera, cerdo o aves. No es más que un pastel de carne, con un exterior crujiente gracias al hojaldre, que nos puede servir como un exquisito entrante o, acompañado de guarnición, como un auténtico plato principal. Podéis usar la carne que más os guste o mezclar varias, como en este caso. Y de guarnición, unas patatas hervidas o pepinillos es la mejor opción. Para servirlo, lo mejor es hacerlo a temperatura ambiente, ni caliente ni frío.
Carrilleras al vino tinto: la receta más tradicionalPor Susana Baticón