Esta receta tan típica de la gastronomía de nuestro país (y de la cocina andaluza en particular), es muy sencilla de hacer y está, además, deliciosa. Tienes que contar, eso sí, con las harinas que se detallan y con la medida exacta de agua tibia. Es muy importante que no te pases con el aceite de oliva, para que no te queden demasiado grasosas y, si es así, deja que escurran bien antes de servirlas.