Esta receta es perfecta para que los niños, a los que no suele gustarles comer pescado, lo hagan sin darse cuenta. Es divertida, vistosa y, además, deliciosa gracias al suave toque del calabacín y a un rebozado que está formado por pan rallado y queso Grana Padano. Para una celebración, quedan estupendos.
'Muffins' de quinoa con espinacas y ricottaPor Susana Baticón