Es todo un clásico: la carne acompañada de queso, especialmente roquefort. Optamos por el solomillo de cerdo, una salsa de ese queso azul y una guarnición a base de pera. Un plato de fiesta que puedes hacer en cualquier momento y alegrar tu mesa.
Ingredientes
- 2 unidades de solomillo de cerdo ibérico
- 50 gramos de queso Roquefort
- 1 vasito de leche
- nata para cocinar
- 1 chorrito de vino blanco
- 1 unidad de pera Conferencia
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen
- sal
- pimienta
Preparación
- En un cazo cocemos la leche a fuego lento, añadimos el queso roquefort desmigado y removemos con varillas o batidora hasta obtener una crema.
- Cuando rompa el hervor, añadimos la nata, cocinamos a fuego lento, sin parar de remover, y esperamos a que vuelva a hervir. Reservamos.
- Pelamos la pera y cortamos en daditos.
- Ponemos una sartén a fuego medio y echamos 1 cucharada de aceite; añadimos la pera y sofreímos ligeramente (que queden los dados dorados por fuera y crujientes por dentro). Retiramos y reservamos.
- Cortamos los solomillos por la mitad, de forma longitudinal, y añadimos 1 cucharada de aceite a la misma sartén para dorar la carne a fuego fuerte con sal y pimienta.
- Ponemos los solomillos en una fuente con los dados de pera y cubrimos con la salsa de roquefort muy caliente.
- Llevamos a la mesa para que no se enfríe.
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