El bizcocho de yogur y limón es probablemente, uno de los más rápidos y sencillos de hacer. Se trata de ese bizcocho que casi todos hemos visto hacer en casa a nuestras madres, empleando el vasito del yogur como medida para el resto de ingredientes. El resultado no puede ser mejor: esponjoso, suave, jugoso… ¿aún no lo has preparado?
Ingredientes
- 1 yogur
- 3 vasos de harina
- 1 vaso de aceite de oliva
- 1 sobre de levadura en polvo
- 3 huevos talla L
- 2 vasos de azúcar blanca
- 1 limón
- 1 pizca de mantequilla para engrasar el molde
- 1 pizca de sal
Preparación
- Para hacer este sencillo bizcocho de yogur y limón, lo primero que debemos hacer es rallar la piel del limón sin llegar hasta la parte blanca que resulta amarga. Reservamos.
- Ponemos el yogur en un bol amplio y limpiamos con un papel de cocina el vasito del yogur, ya que lo vamos a usar como medida para el resto de ingredientes.
- Tamizamos las tres medidas del yogur de harina con la levadura. Tamizar no es más que pasar la harina por un colador de trama fina o tamiz para que quede más suelte y aireada. Es un paso que permitirá que nuestro bizcocho de limón quede más esponjoso.
- Por otro lado, añade los huevos y el azúcar al bol del yogur y mezcla enérgicamente con la ayuda de unas varillas, hasta obtener una mezcla blanquecina y ligeramente espumosa.
- Añade la ralladura de limón a los ingredientes húmedos y el aceite de girasol. Mezcla bien. Por último, añade una pizquita de sal.
- Ve añadiendo la harina a los ingredientes húmedos poco a poco, sin dejar de remover para ir integrando todos los ingredientes.
- Engrasa con un poco de mantequilla el molde y añade la mezcla del bizcocho.
- Mete el molde en el horno, que ya estará precalentado a 180°C y hornea durante 30 o 35 minutos, hasta que se vea doradito por encima y al pincharlo con un palillo o un cuchillo, salgan limpios. Eso sí, es muy importante no abrir la puerta del horno en en los primeros 25 minutos o nos arriesgamos a que se venga abajo.
Presentación:
Saca el bizcocho de yogur y limón del horno y deja enfriar. Cuando ya esté tibio, se puede desmoldar. Deja enfriar completamente sobre una rejilla. ¡A disfrutar de uno de los bizcochos más clásicos y más deliciosos!
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