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tortilla de bacalao con alcaparrones cebollino y brotes© Getty Images

Tortilla de bacalao con alcaparrones, cebollino y brotes

15 min
fácil
2 comensales

Esta tortilla de bacalao con alcaparrones, cebollino y brotes no sólo resulta deliciosa, sino que su presentación es impecable, elegante y muy moderna (al estar cocinada solo por un lado se conoce como 'tortilla vaga'). Resulta muy versátil y, si está en temporada, no dudes en añadir un poco de trufa negra. ¡Deliciosa!

Ingredientes

  • 4 unidades de huevos
  • 300 gramos de bacalao desalado desmigado
  • 50 gramos de cebolla
  • 50 gramos de pimiento verde
  • 6 unidades de alcaparrones
  • 40 gramos de queso manchego
  • 8 tallos de cebollino
  • brotes variados
  • aceite de oliva virgen extra
  • pimienta negra
  • trufa negra (opcional)

Preparación

  1. Para hacer esta tortilla de bacalao con alcaparrones, cebollino y brotes comenzaremos por pelar y picar en brunoise fina la cebolla, es decir, en daditos bien menudos.
  2. Lavamos el pimiento verde, le retiramos las semillas y lo picamos, también en brunoise.
  3. Acercamos una sartén al fuego con un hilito de aceite de oliva virgen extra y sofreímos a fuego suave la cebolla y el pimiento.
  4. Cuando se hayan ablandado, incorporamos el bacalao desalado desmigado y lo salteamos ligeramente.
  5. Ponemos a punto de pimienta, lo apartamos del fuego y dejamos templar un poco.
  6. Batimos el huevo e incorporamos el sofrito.
  7. Acercamos una sartén antiadherente y lo suficientemente amplia (de unos 24 centímetros de diámetro, al menos) como para que el huevo se extienda bien y la engrasamos ligeramente.
  8. Añadimos la mezcla de huevo, bacalao y verduras. Movemos un poco la sartén para que la mezcla quede bien repartida, en una capa fina.
  9. Mientras va cuajando (en uno o dos minutos la tortilla estará lista), añadimos, casi como si se tratara de una pizza el queso rallado, los alcaparrones, el cebollino y los brotes variados.

Presentación:

Sacamos la tortilla de la sartén con mucho cuidado para que no se rompa. El punto exacto es que esté bien cuajada por debajo, pero cremosa a la vista. Si estamos en temporada (de noviembre a febrero) podemos terminar con un poco de trufa negra fresca. ¡A disfrutar!