La mezcla de estos dos ingredientes, más que sorprendente, se está convirtiendo en un clásico de la repostería. Y es que casan a la perfección. Además, nosotros le añadimos cerezas para unas trufas que no necesitan horno, pero sí mucha refrigeración. Aunque lo mínimo son dos horas, si las tienes toda la noche, mucho mejor.