Skip to main contentSkip to footer
alitas de pollo con guindilla© Adobe Stock

Alitas de pollo con guindilla

30 min
fácil
4 comensales

Atención a estas alitas de pollo con guindilla capaces de retar a cualquier paladar. En realidad, el picante no viene por la guindilla fresca, sino por la salsa de tabasco. Y no temas, que se pueden hacer suaves y aromáticas o muy muy picantes, según tu tolerancia. ¡Anímate!

Ingredientes

  • 800 gramos de alitas de pollo
  • sal
  • pimienta negra
  • aceite de oliva virgen
  • 4 dientes de ajo
  • 2 cucharadas de tomate natural en conserva
  • 1 cucharadita de pulpa de pimiento choricero
  • 250 mililitros de caldo de pollo
  • salsa tabasco varias gotas, al gusto
  • 2 unidades de chile rojo fresco
Para decorar:
  • perejil fresco
  • semillas de sésamo blanco

Preparación

  1. Para hacer estas alitas con guindilla, lo primero que haremos es limpiar las alitas de restos de grasilla e impurezas y partirlas en dos, desechando la punta, si es que no lo han hecho por nosotros en la pollería, al comprarlas.
  2. Salpimentamos las alitas y las marcamos en una sartén con un chorrito de aceite de oliva. Cuando estén doradas por todos los lados, las retiramos a un plato aparte.
  3. En el mismo aceite, doramos el ajo pelado y picado bien fino a fuego suave, para que no se queme.
  4. Cuando el ajo comience a tomar color, añadimos el tomate natural triturado, la pulpa de pimiento y el caldo de pollo y subimos el fuego hasta que hierva, luego lo bajamos a fuego medio.
  5. Incorporamos las alitas de nuevo y añadimos unas gotas de tabasco y la guindilla roja fresca partida en aritos y cocinamos el conjunto hasta que las alitas estén bien hechas por dentro.

Presentación:

Sirve tus alitas de pollo con guindilla inmediatamente y adorna con un poco de perejil fresco picado por encima y unas semillas de sésamo. ¡A disfrutar!

Truco ¡Hola!:

Si las alitas están bien cocinadas pero la salsa aún está muy líquida. Retira las alitas y reserva y sube el fuego para reducir la salsa. Otra opción es disolver una cucharilla de maicena en un dedito de caldo y añadirlo a la salsa para que espese.

TE PUEDE INTERESAR