Este postre suave y esponjoso, a base de claras de huevo, azúcar y harina, evoca las nevadas montañas de Salzburgo. Está a medio camino entre un suflé y una magdalena muy esponjosa. Fue creado en el siglo XVII en la ciudad de Salzburgo y según la leyenda, con este postre, se intenta representar a las tres colinas de los Alpes austriacos que rodean a la ciudad barroca donde nació el célebre compositor y músico Wolfgang Amadeus Mozart.
Buñuelos de manzana: la receta de la abuelaPor Susana Baticón