El curry es una mezcla de especias (entre otras cúrcuma, mostaza, guindilla, pimienta negra, cilantro, comino... y pueden ser hasta 15) con un sabor y un aroma inconfundibles que se usa sobre todo en las cocinas del este y del sureste asiático. La receta de esta salsa es perfecta como acompañamiento de multitud de platos. Su color amarillo viene dado por la cúrcuma, imprescindible en su composición.
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¿Cuál es el origen del curry?
La palabra curry proviene de la palabra tamil kari, que, en lndia, significa salsa o guiso. En Europa hace referencia a una combinación de especias, con diferentes opciones, algo implantado durante el dominio británico en la India en el siglo XVIII. La combinación que los indios utilizan como base para hacer sus curris es el garam masala. Hay cientos de variaciones de curry en todo el mundo. En India, la variedad es inmensa, con platos como el Vindaloo (picante), Korma (cremoso y suave), y Rogan Josh (intenso y aromático).
Y también existen diferentes tipos de curris en otros lugares como Tailandia, Japón, Jamaica, Nueva Zelanda o Reino Unido, donde se inventó el chicken tikka masala-. Algo insuperable es preparar tu propia mezcla moliendo en el momento las especias frescas.
¿Qué recetas podemos hacer con curry?
El curry se puede encontrar en forma de polvo o de pasta. La pasta de curry suele ser más concentrada y contiene otros ingredientes como aceite vegetal, ajo y jengibre. Uses el que uses, con él puedes preparar una enorme variedad de platos -la salsa que te proponemos es perfecta para tomar con patatas, verduras, pollo, ternera, cordero, pescado, marisco, etc.-. Albóndigas al curry, pakoras, legumbres, sopas, pastas, huevos... ¡la lista es interminable! Por cierto, ingredientes como la leche de coco o el yogur son excelentes compañeros de viaje para preparar curris.
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