Bloody Mary fue el apodo que tuvo María Tudor, reina de Inglaterra durante un breve, pero cruento periodo. Este cóctel nació en su honor, aunque no está muy claro quien lo inventó. Pudo ser en el Harry’s New York Bar de Paris en los años 20 o en el St. Regis Sheraton de Nueva York. Lo que sí se sabe es que el tradicional aderezo de apio llegaría mucho más tarde, en los años 60, cuando un cliente del Hotel Ambassador de Chicago pidió al servicio de habitaciones un plato de crudités de verduras y un cóctel bloody mary. El cóctel llegó sin su stick removedor… y lo único que se le ocurrió es emplear el tallo del apio de sus crudités para remover el cóctel. Verdad o leyenda, lo que sí es cierto es que el Bloody Mary es el mejor reconstituyente para la resaca. Un trago ideal a la hora del aperitivo del día de Navidad o del 1 de enero.
'Fetuccine' AlfredoPor Susana Baticón