Es tiempo de piñones, descubre cómo sacarles el máximo partido en la cocina

En el mes de noviembre arranca la temporada de piñones. Esta semilla, alojada en el interior de una piña de pino, es un ingrediente muy apreciado en la cocina. Originaria de la cuenca mediterránea, su cultivo se ha extendido por distintos rincones del mundo. Te contamos más curiosidades sobre el piñón y cocinamos con él

Actualizado 19 de noviembre de 2019 - 11:20 CET19 nov 2019 - 11:20 CET

Los árboles del género Pinus pinea, muy arraigados en la cultura mediterránea, dan como frutos las piñas que, a su vez, contienen los piñones. Las piñas se recogían tradicionalmente a mano mediante piñeros que trepaban a los pinos y desprendían el fruto mediante un gancho, pero hoy en día predominan las maquinas agitadoras que se utlizan para este menester. Posteriormente, se curan con el frío, se dejan secar en verano y, pasado un tiempo, al abrirse, se realiza la extracción de los piñones, que habrá que pelar para su uso comestible.

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pina-age — Las piñas, una vez recolectadas, se curan con el frío, se dejan secar en verano y, pasado un tiempo, al abrirse, se realiza la extracción de los piñones.

En España, su producción se extiende de manera natural en los bosques de Andalucía, Cataluña y en las dos Mesetas, aunque también hay algo en Baleares y una parte en el litoral levantino. Tienen especial fama los que se producen en Pedrajas de San Esteban -que concentra en torno al 80-90% de la producción nacional-, una localidad ubicada en el extremo sureste de la provincia de Valladolid, que límita con Segovia y está dentro de la Comarca de Tierra de Pinares.

Hoy en día, se cultivan piñones en varias zonas de América y Asia, pero de menor calidad que los españoles, que alcanzan elevados precios debido a una mayor demanda que oferta. Además, hay que tener en cuenta que por cada piña, sólo se obtienen 30 gramos de piñones, que se reducen a 6 gramos cuando están pelados.

pinones-age — España es uno de los principales países productores de piñón del mundo.

Estamos ante un alimento de alto aporte energético que destaca por su contenido en proteínas, grasas cardiosaludables y fibra, además de varios minerales y algunas vitaminas. Lo encontramos en el mercado tanto crudo como tostado, aunque también podemos tostarlo en casa. Es un ingrediente que se puede incorporar a multitud de platos, y que habitualmente se utiliza en postres (como los empiñonados, los panellets o los clásicos recubiertos de azúcar, que se consumen en Navidad) o en salsas (la reina es el pesto). Pero puede dar mucho más de sí, y te lo demostramos con las siguientes 5 recetas.