Esta sopa es un clásico de la cocina francesa, aunque se ha popularizado en muchos otros países. Es una opción muy económica, fácil de preparar e ideal para tomar cuando bajan las temperaturas. Eso sí, ten mucho cuidado de no quemarte cuando la saques del horno recién gratinada con las rebanadas de pan y el queso.
Ingredientes
- 4 unidades de cebolla dulce
- 4 cucharadas de mantequilla
- 1 cucharadas de harina de trigo
- 150 mililitros de brandy
- 1 litros de caldo de ave o de carne
- 100 gramos de queso rallado Gruyer o Emmental
- 6 rebanadas de pan
- 1 dientes de ajo
- 1 chorrito de aceite de oliva virgen
- sal
- pimienta
Preparación
- Pelamos y picamos en juliana muy fina las cebollas
- Echamos la mantequilla en una cazuela grande y honda y la derretimos.
- Añadimos la cebolla para pocharla, con un poco de sal, hasta que esté transparente, a fuego muy lento y con tapa.
- Tendremos que ir removiéndola de poco en poco para que no se queme y se haga bien, esto nos llevará un total de 20-25 minutos.
- Incorporamos la harina e integramos bien.
- Añadimos el brandy, subimos un poco el fuego, y dejamos que se evapore el alcohol.
- Agregamos el caldo, volvemos a poner más baja la temperatura, colocamos la tapa y dejamos que cueza otros 20-25 minutos, removiendo de vez en cuando.
- Probamos y rectificamos de sal y pimienta.
- Restregamos el pan con aceite y ajo y las tostamos.
- Repartimos la sopa en 4 cuencos resistentes al horno o en un recipiente grande de barro y ponemos por encima el pan y cubrimos con abundante queso rallado.
- Metemos en el horno y gratinamos hasta que el queso se derrita y se tueste ligeramente.
- Sacamos con cuidado del horno y llevamos a la mesa nuestra sopa de cebolla gratinada.
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