La calabaza es una de las hortalizas más típicas del otoño e invierno, con un sabor dulce y una textura, una vez cocinada, muy suave. Por eso, le aporta tanto a cualquier pastel o bizcocho. Su combinación con los frutos secos es, además, mágica.
Ingredientes
- 250 gramos de calabaza sin corteza ni pepitas
- 150 gramos de azúcar blanca
- 1 sobres de levadura en polvo
- 170 gramos de harina
- 70 gramos de aceite de girasol
- 3 unidades de huevos
- 1 unidades de ralladura de limón
- 1 unidades de ralladura de naranja
- 1 pizca de sal
- nueces
- almendras
- avellanas
- canela molida
Preparación
- Precalentamos el horno a 180 ºC.
- En un bol grande, colocamos la calabaza en trozos y trituramos muy bien con la batidora. Añadimos el azúcar y mezclamos de nuevo. Si lo prefieres, podemos rallar la calabaza y unirlo al azúcar directamente.
- Añadimos los tres huevos, el aceite de girasol y batimos un poco más para que la mezcla nos quede homogénea.
- En otro bol, tamizamos con un colador la harina y la levadura. A continuación, lo agregamos a la mezcla anterior, removiendo muy bien hasta que todos los ingredientes estén perfectamente integrados.
- En un bol más pequeño, o incluso en un plato, enharinamos los frutos secos. Los podemos añadir a la mezcla enteros o picados con un cuchillo. Lo hacemos suavemente, con la ayuda de una cuchara de madera.
- Por último, incorporamos la canela, las ralladuras de limón y naranja, moviendo con la misma cuchara de madera de una forma suave y envolvente.
- Untamos un molde desmontable con un poco de mantequilla, espolvoreamos también harina para que no se nos pegue y echamos la mezcla.
- Horneamos durante 30 minutos.
- Antes de sacarlo, comprobamos que está bien hecho pinchando con un palillo. Si aún está húmedo, déjalo cinco minutos más.
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