Para esta receta usamos espárragos tanto blancos como verdes. La principal diferencia es que los espárragos blancos se cosechan cuando todavía están bajo tierra, mientras que los verdes se recolectan cuando ya han salido a la superficie, han recibido los rayos del sol y, entre otras cosas han producido clorofila, que es la sustania responsable de su color. Ambos son deliciosos e ideales para hacer todo tipo de platos, como esta crema.
Gambones al horno, receta fácil y para todos los bolsillosPor Susana Baticón