Creada en Mahón (Menorca) durante la invasión francesa por el mariscal Richelieu, esta salsa triunfó en la Francia del siglo XVIII y se propagó por todo el mundo llegando a ser en la actualidad una de las más populares. Hecha a partir de huevos y aceite, con algún acidificante como el vinagre o el limón, se le pueden añadir en su elaboración aceitunas o cebollino picados, alcaparras, mostaza, perejil, cebollino, pimentón. Es imprescindible para la ensaladilla rusa y resulta ideal para acompañar espárragos, verduras, pescados blancos cocidos y langostinos (también cocidos).
Pollo al limón: una receta rápida y deliciosaPor Susana Baticón