Este clásico de nuestra cocina es perfecto para albóndigas, estofados de carne o toda clase de guisos. Entre sus variantes, la más conocida es la Diabla, que se hace añadiendo pimienta negra, chalota picada rehogada, vinagre y guindilla. Se usa para los huevos y el pollo a la diabla y para carnes a la plancha o a la parrilla. Para carnes de cerdo se usa la salsa Robert, que se hace añadiendo a la española vino blanco, mostaza y pimienta negra.
Pollo al limón: una receta rápida y deliciosaPor Susana Baticón